Presentada DiócesisSC.- Este miércoles durante la fiesta de la Presentación del Señor, la Iglesia celebra de igual manera el día de la Vida Consagrada. Y también el Seminario Santo Tomás de Aquino de la Diócesis de San Cristóbal celebra 85 años de haber sido fundado, siendo así el alma mater de la Iglesia del Táchira.
Durante esta celebración el Obispo de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta, dirigió un mensaje a los Institutos de Vida Consagras presentes en esta Iglesia local, animándolos para que desde sus carismas sigan siendo “sal que da sabor de Evangelio y luz que guíe sus senderos”.
“Es importante que nos hagamos sentir como discípulos de Jesús, en quien hemos puesto nuestra confianza; y como servidores del pueblo de Dios. Para ello, con la fuerza del Espíritu, nos corresponde ser creadores de esperanza”, manifestó el Obispo Diocesano. Quien a su vez, señaló que “las dificultades por las que atraviesa nuestro país, en especial los problemas derivados de la descomposición moral que ataca nuestra sociedad, requieren de cada uno de nosotros la fidelidad al Evangelio, el decidido compromiso apostólico y la prístina vivencia de la comunión eclesial”.
Mons. Moronta agradeció la presencia y el trabajo de los diversos Institutos de Vida Consagrada en el Táchira, y les invitó asumir como propio el Plan Pastoral de la Diócesis de San Cristóbal con el que se desarrolla la Misión Continental.
Aniversario del Seminario Diocesano
También el Prelado participó de la celebración aniversario del Seminario Santo Tomás de Aquino, allí durante una celebración eucarística agradecieron a Dios por la labor formativa de esta institución y confirió los ministerios del Lectorado y Acolitado algunos Seminaristas. “Damos gracias a Dios por nuestro Seminario: fundado por el I Obispo de San Cristóbal, el Siervo de Dios Tomás Antonio Sanmiguel, y fortalecido por los siguientes Obispos, él constituye el ALMA MATER de nuestra Iglesia local”, dijo Moronta.
En un mensaje dirigido a los Seminarista, el Obispo les manifestó que “son no sólo los herederos del esfuerzo y compromiso formador de la Iglesia, sino también actores decididos que están aprendiendo a configurarse con Cristo Sumo y Eterno Sacerdote. Así, durante el tiempo de su formación, se preparan para ser mejores discípulos de Jesús Maestro y servidores del pueblo de Dios, cuando reciban el sacramento del Orden”.
“Queremos que lleguen a ser pastores según el corazón de Dios. Ello supone y requiere que ya desde estos tiempos del Seminario sean testigos del Señor Jesús; es decir, hombres que se distingan por su vida de fe, esperanza y caridad. Para ello, sepan tener los mismos sentimientos de Jesús y actuar en su nombre”, dijo el Obispo a los Seminaristas.
Y les invitó a tener como ejes de sus vidas la Eucaristía y la Palabra de Dios, “Busquen en ellas, fuentes de vida, las luces, la sabiduría, la fuerza y el entusiasmo apostólico que les permitan una formación madura y eclesial”.