(Prensa DiócesisSC).- Con una masiva peregrinación que colmo todas las carreteras del Táchira se realizó la celebración de la Festividad de la Virgen de la Consolación, patrona de esta región. Más de mil peregrinaciones partieron desde las diversas Comunidades Eclesiales de Base para encontrarse en el Coliseo de Táriba, y participar de la Eucaristía que presidió Monseñor Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal; también le acompaño Monseñor Hernán Sánchez, Obispo de la Diócesis Castrense.
La celebración de la Misa comenzó luego de que arribarán al Coliseo todas peregrinaciones. De manera especial la que partió desde muy temprano desde la Catedral de San Cristóbal con el Santo Cristo, Patrono del Táchira, que dirigía Mons. Mario Moronta.
Ante un Coliseo colmado por miles de fieles y a los pies de las imágenes del Santo Cristo y la Virgen de Consolación, Patronos del Táchira, se llevó a cabo la ceremonia. En la cual el Obispo de San Cristóbal, manifestó que se seguirá construyendo el Reino de Dios. Dijo, “con María de la Consolación, seguiremos edificando el Reino de Dios, cuyas características son la justicia, la verdad, el amor, la paz y la reconciliación. Esto nos impulsa a sentir que anunciamos el evangelio de la vida, en medio de una sociedad donde muchos están apostando a la muerte con el narcotráfico, la violencia, el sicariato, el secuestro, la inmoralidad y la desvalorización de la persona humana”.
También asintió Mons. Moronta que los cristianos, a ejemplo de la Virgen María, deben vivir como hombres de la luz de Dios para combatir las oscuridades y tinieblas, que “son las que encontramos en la descomposición moral que se consigue en muchas partes, las que hacen prosperar la prostitución en todas sus maléficas manifestaciones. Son las oscuridades que provienen de quienes se dedican al comercio de la muerte con la droga y la violencia, el sicariato y el secuestro. Son las oscuridades que entenebrecen tantos hogares y comunidades con el tráfico de niños, el tráfico de mujeres, el tráfico de órganos, el aborto, el alcoholismo, el consumismo y el materialismo”, señaló el Prelado.
De igual manera explicó el Obispo que “Consolación significa fortaleza. Ella (la Virgen) nos pide que seamos consuelo y consolación para tantos hermanos que requieren de fortaleza: padres que ven cómo sus hijos son inducidos a la violencia, a la droga, a la mala vida; jóvenes que son menospreciados por aquellos que los conducen por sendas de maldad; familias que sufren la exclusión y la pobreza sin que sientan la solidaridad; hombres y mujeres desplazados por la guerra sin sentido”.
Durante la celebración de la eucaristía Mons. Mario Moronta hizo una oración especial por los secuestrados y sus familiares. Y al final de la ceremonia impartió la bendición solemne alzando un niño recién nacido como símbolo de la vida, del respeto y dignidad que se debe tener a la persona humana.
Más fotos de la Festividad de la Virgen de Consolación en: www.flickr.com/photos/gennaropascale/sets/72157621923028045/