Prensa DiócesisSC.- Una de la principal celebraciones de la Iglesia Católica se llevó a cabo el pasado domingo en la parroquia Nuestra Señora de Fátima, con la dedicación y consagración de su templo. El rito lo presidió el Nuncio Apostólico en Venezuela, monseñor Pietro Parolin, junto al Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Mons. Mario Moronta.
La ceremonia comenzó en el Obelisco de la Colonia Italiana ubicado avenida 19 de Abril, donde el Nuncio Apostólico fue recibido por la feligresía de Barrio Sucre para trasladarse en procesión hasta el templo con la imagen de la Virgen de Fátima, custodiada por el Cuerpo de Bomberos de San Cristóbal.
La celebración comenzó con la apertura de la puerta principal del templo por parte del Nuncio quien invitó a todo los fieles a ingresar proclamando “entrad por las puertas del Señor con acción de gracias”. Posteriormente se efectuó la bendición del agua para rociar al pueblo en señal de penitencia, y para purificar los muros y el altar de la nueva Iglesia.
Monseñor Parolin, en su homilía transmitió el saludo y la bendición de Benedicto XVI. “El Papa a través de mí, desea hacer llegar su cercanía, su aprecio y su bendición apostólica en esta circunstancia tan especial, que para nosotros se convierte en una ocasión para manifestar al Papa vuestra adhesión y asegurarle vuestra oración sobre todo en estos momentos tan difícil para la Iglesia”.
Para estimular el amor de los fieles al Sumo Pontífice, Mons. Parolin indicó que el amor al Papa hace parte del mensaje de la Virgen de Fátima, y de igual manera “hace parte de la tradición católica de la Iglesia, ya que, de los tres pastorcillos Jacinta fue devota al Papa, se sacrificaba por él, sufría por él, y estaba dispuesta a dar su vida por él. Hermanos aprendamos entonces a amar el Papa como lo amaba Jacinta. El amor al Papa es mucho más que conocer al sucesor de Pedro, que es signo visible de la unidad de la Iglesia. También se trata de manifestarle algo que viene del corazón, el afecto y cariño en todas las circunstancias”.
Finalmente el Nuncio resaltó la importancia del templo, donde los cristianos se transforman por la Palabra de Dios. “Venimos al templo para ser Iglesia, para ser transformador por la gracia eficaz de la Palabra de Dios. Para que quien nos mire, diga esa es la Palabra de Dios entre los hombre. Ésta comunidad cristiana es la morada de Dios entre los hombres, y si nosotros somos Palabra de Dios debemos hacernos sentir por nuestra conducta de vida, de modo que en nuestro rostro pueda leerse el reflejo de la presencia de Dios”, dijo Mons. Pietro Parolin.
Luego de la homilía se consagró el altar, con el canto de las letanías, la colocación de las reliquias de santa Perpetua, la oración de dedicación, y la unción con el oleo del santo Crisma, la incensación, el revestimiento, y la iluminación de la templo.
El Obispo de San Cristóbal agradeció el trabajo de los sacerdotes y fieles que trabajaron en la construcción del templo, y la presencia del Nuncio Apostólico. Expresó monseñor Mario Moronta, “siempre la primera piedra es más facial colocarla que la última. Hoy se está colocando la última piedra con la dedicación de esta Iglesia. Agradezco a Dios por los sacerdotes y fieles que han trabajado para la culminación de este templo. También agradezco al Nuncio Apostólico su presencia, que se ha hecho nuestro, porque camina con nosotros y ha tomando contacto con nuestra gente que se destaca por su fe y su sentido de pertenencia”, dijo.
El nuevo templo de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, cuenta con una sede principal simulando una bóveda ojival rodeada de nichos, una nave central, dos naves laterales dispuestas en forma de tribuna con una capacidad para novecientas personas. Y un espacio al estilo de catacumba dispuesto como capilla para el Santísimo.