Prensa DiócesisSC.- Durante los días previos a la navidad el Obispo de San Cristóbal, Mons. Mario Moronta, realizó un largo itinerario pastoral. Recorriendo las zonas afectadas por las lluvias en las parroquias eclesiásticas de El Cobre, Seboruco, y La Grita. Compartió con los damnificados en los refugios, y realizó la entrega de un aporte económico en nombre de Caritas.
En parroquial San Pedro de Seboruco administró el sacramento de la confirmación. En sus palabras, les exhortó a vivir con alegría el tiempo propicio de la navidad, no como una tradición más, sino como una verdadera experiencia de todos y cada uno de los Hijos de Dios. Dentro de la celebración eucarística, Monseñor encomendó a los damnificados que por dificultades del tiempo perdieron las viviendas donde habitaban, de igual manera animó a todos los presentes a colaborar y a brindar todo el apoyo posible a aquellas personas que necesitan. Al finalizar la celebración, Mons. Moronta entregó a Caritas parroquial un aporte económico en nombre de Caritas de Venezuela, ello para ayudar a los diversos refugios.
Acompañado del Padre Gustavo Alvarado, Mons. Mario visitó los refugios donde albergan a los damnificados. En medio de las dificultades e incomodidades, el Obispo les alentó a perseverar y a confiar en Dios, esperando con paciencia que todo se pueda solucionar. Al igual tuvo la oportunidad de compartir con los más pequeños de los refugios, viendo en ellos el ejemplo de alegría y de ilusión que les caracteriza.
Navidad, tiempo de gracia
De igual manera visitó el Obispo las parroquias del municipio Jáuregui. En la Basílica del Espíritu Santo y en la parroquia Nuestra Señora de los Ángeles, Mons. Moronta acompañado de los sacerdotes, presidió la santa misa de Aguinaldo, recordando que el tiempo de la navidad es un tiempo de gracia, ya que es en el pesebre donde nace el que se encarnó y el que se entregó para las Salvación del hombre. Invitó a todos los fieles a preparar el gran acontecimiento de fe, el nacimiento del Salvador, donde dicha preparación debe partir desde lo más profundo del humilde y sencillo corazón.
Visitó la comunidad de Santa Ana, comunidad que fue golpeada por las fuertes lluvias, y en dicha capilla compartió y bendijo a todos los presentes. Les animó a colocar todas las preocupaciones en manos de Dios quien es el verdadero Padre que cuida de sus hijos. Además visitó el Cobre y sus alrededores, elevando una plegaria al Dios en el templo parroquial por esa comunidad y de manera especial por todas las personas que perdieron sus cultivos y bienes.
El mayor regalo de Dios es que somos sus hijos
También el Prelado compartió con los feligreses del municipio Uribante. Al igual que en las otras parroquias, el Obispo celebró la Misa de Aguinaldo en la parroquia de San Antonio de Padua, lugar donde se congregaron los fieles de las diversas parroquias para compartir con el pastor diocesano. En su homilía, el Obispo recalcó el gozo y la alegría que sintió María al proclamar el Magníficat. Subrayó que todos los hombres han recibido un regalo de parte de Dios, es decir, ser sus hijos, y al igual que María, se ha de proclamar, cantar las alegrías y maravillas que ha hecho Dios a la humanidad.
Finalmente monseñor Moronta se dirigió a la comunidad de las Aguadas, aldea que construyó una capilla en honor a la Virgen del Perpetuo Socorro. Mons. Moronta en medio de la Eucaristía bendijo la Capilla y los vasos sagrados que diversas familias de la misma comunidad donaron, al igual que objetos litúrgicos e imágenes. En medio de la gran celebración, el Obispo confirmó en la fe a treinta y dos jóvenes de la misma aldea.